Estrategia1Diez maneras (gratis) de fastidiar tu plan de marketing

Siempre quise hacer un post del tipo “7 consejos para freír un huevo”.
De verdad, parece que enumerar un listado acotado de incisos -estos y no otros- sobre un tema específico, te cubre con un manto de superioridad moral e intelectual. Y, oye, ¡yo también quiero! Así que aquí va el mío:

Las 10 maneras habituales de fastidiar tu propio plan de marketing.

Un decálogo de ideas, testadas por miles de empresas, para cargarte tu plan. Aquí vamos.

1. No creer en él

Si es tu plan y no te lo crees, nadie más lo hará. Creerse el plan es ir a por él, aunque sea sin un plan B, saltando al vacío. Creerse el plan es exponerse, sin miedo al ridículo ni al fracaso.

2. Amoldarlo a tu zona de confort

¿Oyes ese ruido? Es tu flamante plan crujiendo y astillándose para encajar en el vetusto molde de la comodidad y la falsa seguridad. Es el sonido del desengaño. Si lo oyes, es que tu plan se ha fastidiado. Un buen plan es un trauma, si no te duele es que no estás cambiando nada.

3. No definir bien los objetivos

Los deseos a los reyes, o al santo que más te guste, si no quieres esperar al 6 de enero. Tus objetivos deben ser específicos, medibles, realizables, realistas y limitados en tiempo: qué, cuánto, cómo, por qué, y cuándo.

4. No dedicar recursos en proporción a los objetivos

No hay planes demasiado ambiciosos, hay proyectos demasiado escasos de recursos. Todo es posible si vives el tiempo suficiente y tienes los recursos necesarios. Pero cuando vayas a echar gasolina calcula la distancia, la velocidad y el motor de tu coche. Quedarse a mitad del camino no es avanzar la mitad del camino.

5. Falta de foco

¿Te gustan las pelis de zombies? Así se ven los planes sin foco: acciones sin sentido, deambulando en busca de carroña para devorar. Los planes zombies no van a ningún lado, dan vueltas en círculo sin avanzar, hasta que un día mueren sin haber conseguido nada.

6. Falta de sensación de urgencia

Da igual lo importante que sea tu plan. Si no logras convencer a todos de que además es urgente, ya puedes olvidarte de verlo en marcha. Recuerda el punto 2: un buen plan es un trauma, si no es urgente e inevitable, nadie querrá pasar por él.

7. Falta de liderazgo

Tu plan encontrará mucha resistencia interna. Si no hay detractores es que lo estás amoldando a la zona de confort de alguien. Si no cuentas con la implicación y compromiso de la dirección, tu plan caerá. El truco es hacer que no sea tu plan, sino el suyo.

8. No dimensionar los plazos en proporción a las expectativas

Los cortoplacistas corren el riesgo de ser miopes, y los largoplacistas ciegos. Tener objetivos a corto aportará oxígeno, recursos y apoyos a tu plan, y motivará al personal a seguir en la ejecución. Pero exigir resultados prematuros genera frustración y desidia, y la insoportable tentación de cambiar el plan “porque sí” a mitad de camino.

9. Inflexibilidad

Tu plan es perfecto hasta que se demuestre lo contrario. Pero sólo hasta ese momento. Después, la cabezonería sale cara. Los planes que no son flexibles están condenados al fracaso. La capacidad de reacción y adaptación es la virtud que distingue a las especies que sobreviven.

10. Miopía

Hay que reconocerlo: tu plan parece perfecto. Impecable. Construyes ventajas competitivas duraderas a partir de tus fortalezas para aprovechar las oportunidades y minimizas el impacto de tus debilidades para reducir el riesgo de las amenazas. ¡Un diez! Tienes objetivos concretos y los recursos suficientes para conseguirlos. Bravo, de manual. Un pequeño detalle: ¿dónde están las necesidades de tu consumidor? ¿Por qué insistes en vender tu producto y no en satisfacer las necesidades de tu consumidor? ¿De verdad crees que a tu consumidor le importa más tu producto que su necesidad?
Hazte un favor: cuando planifiques, no pienses en cómo vas a vender tu producto, sino en cómo vas a satisfacer a tus clientes.

Por cierto, no os fiéis, son todas las que están, pero no están todas las que son. Hay muchas más de diez maneras de cagarla. Incluso algunas no son gratis: hay gente que cobra un pastizal para destrozar un buen plan de marketing.

Que paséis un buen día 🙂